Hasiera > Artikuluak > 2005 > Atlántida sumergida (2005-02-10)
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Jakue Pascual - Sociólogo

Atlántida sumergida

Una sola tierra, Pangea, de la que los aborígenes hablan. Continentes a la deriva.

Platón informa en Timeo: Frente a las Columnas de Hércules existió Atlantis, «más grande que Asia y Libia juntas». Una civilización de ciudades laberinto, creada por Poseidón y engullida por el océano. Para Aristóteles son cuentos de buen gobierno. Pero el rumor persiste y al cataclismo de Santorini le acompaña la decadencia minoica.

John Dee asegura que La Atlántida es América. Francis Bacon escribe Nova Atlantis. Olof Rudbeck la sitúa hundida en Suecia. Robert Graves junto a Cartago e Ignatius Donnelly en el océano que lleva su nombre. Para unos está junto a Gavrinis o en Gades, como insiste Maxine Asher en su relato de intriga arqueológica tardofranquista. Otros la buscan por Brasil o Groenlandia. Marcelo la ubica en el Caribe. El médium Edgar Cayce en Bimini. Hugo Pratt imagina una entrada secreta al continente MU, entre el Yucatán, isla Pinos, Cayman e islas Cisne. Para Blavatski, Lemuria está perdida en el Indico y para Churchward en el Pacífico.

Cuentan que un vástago de Neptuno regía a unos íberos, cuyo idioma singular era el euskaro. Que los ejércitos atlantes fueron detenidos en Atenas. Y los pueblos se liberaron. La tierra tembló y diluvió. La avanzada cultura atlante fue destruida por soberbia y los supervivientes -en opinión de Brasseur de Bourbourg- huyeron de Aztlán a las regiones mayas y aztecas. Mientras, hay quien afirma -el Sabio Alfonso X entre ellos- que los vascos descendimos del Arca y que Tubal nos condujo a los Pirineos. De ahí que -relata Xaho- nuestros ancestros conocieran la catástrofe y navegaran por los océanos que cubren la «tierra engullida».

Hasta aquí el mito. Y tras la leyenda, la historia. Krutwig, en Garaldea, indaga en el sustrato cromagnón común de los pueblos de la antigua Europa (tartesos, sardos, euskaros, etruscos, cretenses...), los guanches de barlovento y los bereberes del norte africano. Una tesis defendida por Martínez de Lizardui, Naveran, y avalada por recientes estudios históricos, genéticos, lingüísticos, toponímicos y antropológicos, que rastrean los restos de una civilización matriarcal megalítica, capaz de establecer -como apuntara Oteiza- principios estéticos potentes y representaciones simbólicas expansivas.

El sumergible Alvin sondea -como en la Atlantis de Disney- el fondo marino del Golfo de Cádiz. Una cruz atlante, un lauburu y un dibujo Mic-Mac. Una metrópolis concéntrica de piedra y agua. Mundos en los que García Calvo no vive. Residuos de un poema que habla de un mundo de titanes y palacios que hoy habitan delfines. Islas afortunadas.

 

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