Jakue Pascual - Sociólogo
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Hace trece años reseñé "Comentarios sobre la sociedad del espectáculo", un texto que analiza el cambio de paradigma que se estaba produciendo y cuyo valor de uso se ha incrementado con el paso del tiempo. Así -en los noventa- nos dábamos de bruces con el secreto táctico del espectáculo, con la incapacidad de conducción estratégica de un poder de acumulación en grado tal que se transforma en imagen. La sociedad que Debord calificaba como espectacular integrada hoy es indiscutible. Propongo tomar algunos ejemplos y asociarlos con sus características.
La ‘incesante renovación tecnológica’: Nuevos contenidos para la revolución telemática y robótica. Se aceleran las comunicaciones y se monopoliza la distribución de la información-valor. Telefonía celular, nanotecnología, biomecánica, clonaciones y transgénicos.
La ‘fusión económico-estatal’: El timo de la estampita del euro. La Carta de Derechos Fundamentales europeos no incluye al trabajo, la vivienda, las pensiones o a las minorías étnicas; sí promueve la libre circulación de capitales. El negocio de la guerra, la conquista de reservas petrolíferas, los lobbies o el control de la producción de heroína.
El ‘secreto generalizado’: Stanley Hilton litiga a favor de las familias afectadas por los ataques a las torres, acontecimiento donde para él se entrecruzan la violación de la Constitución y la Fraudulent Claims Act. La Act Patriot preserva los secretos de consorcios y agencias. Aparecen chivatos implicados en la masacre de Madrid y se disparan hipótesis sobre tramas policiales. La contrainsurgencia etiqueta como populismo radical a los movimientos indígenas. Indymedia desvela el secreto en Suiza y el FBI irrumpe en su servidor USA.
La ‘falsedad sin réplica’: Estallan edificios federales. Amenazas con Antrharx. Masud es liquidado, estorba a los constructores de oleoductos. Irregularidades electorales en Florida. Los expertos no encuentran las armas químicas. Y parece que no llegamos a la luna.
En la era del ‘perpetuo presente’ la historia se extravía en el revival, se vacía de contenido al pasar por el tamiz de los censores del espectáculo. He ahí la clave del fracaso de "Los 80", una teleserie en la que nadie se reconoce. Bush recrimina por derrotista la comparación entre Vietnam y Babilonia. Vuelven el choque de religiones, las cruzadas y los señores de la guerra...
Debord estudia la fase primitiva de formación del modelo de relaciones productivas actuales en "La sociedad del espectáculo", al alba de 1968. Veinte años después, sus "Comentarios" detectan de forma precisa el pasaje hacia donde ya estamos: La Edad Media del Espectáculo.