Inicio > Artículos > 2005 > Buena aventura (2005-06-30)
E-mail Imprimir PDF

Jakue Pascual - Sociólogo

Buena aventura

Vagamos como niños perdidos en el laberinto de una aventura. El eco trae un murmullo confuso, relato que la imaginación fragua y la voluntad determina. Hastiados del amaestramiento buscamos tierras ignotas. Avistamos Vinland -antes que Eric, dicen- persiguiendo al cetáceo. Circundamos el globo cerrando el círculo. En Cipango con Jaso nos convertimos en santos. Con Agirre, que decreta el «no hay Dorado», en traidores. Acompañamos al Rasta Abbadie por las remotas regiones de Saba y paseamos con Xaho por la Navarra insurrecta. La ley de la montaña que rasga los cielos dona a Martín Zabaleta el rosario de Wojtyla.

Hay quienes se vuelven aventureros para escribir novelas: Melville enfila el Pequod hacia el Leviatán blanco. London se desliza en trineo hacia los confines de Alaska. Oro, marxismo y trincheras. Conrad serpentea en una gabarra hacia el corazón de las tinieblas colonialistas del Libro de las Tierras Vírgenes, Tarzán de los monos y las minas del rey Salomón. Otros buscan, en los sueños de opio de Quincey, un Paso al Noroeste. En la expedición se enrolan Vidor, Amundsen, Debord y Oteiza. Y algunos, como Verne, dan la vuelta al mundo y llegan hasta la luna sin despegar de su gabinete.

Quien se desprenda del poder del anillo completará la leyenda. Robin Hood se alía con Ivanho y Flecha Negra. Una isla del tesoro repleta de piratas. Corsario Negro y Tigres de la Malasia, que Salgari enfrenta a océanos de Imperio. Un último Mohicano corre por la frontera. Z de Zorro. Zane Grey y el Zopenco de Hierro. Huckleberry Finn huye de los zapatos con pies ligeros. Viaje alucinante a la arqueología del que aventura su suerte y su mente en una última cruzada contra el nazismo.

Revolución: Gran Aventura. En la Comuna emergen personalidades potentes. Garibaldi piensa, Roma atea. John Reed cabalga con Villa, los días estremecen al mundo. Durruti baila con tres mosqueteros. ¿Quién es B. Traven? La Baviera Roja se alía con la rebelión de la selva Chiapaneca. Diario del Che en Bolivia. Formulario para un nuevo urbanismo: Otra ciudad para otra vida. Potlatch 7: El aventurero no es aquél al que le suceden aventuras, sino el que hace que ocurran.

Uno marra, perdido, por la judería de Toledo, sin oír el santo y seña del Alcázar. Se convierte en explorador en un jardín botánico. Es declarado hereje por la ciencia. Mira como un águila y detecta embajadores del miedo. Perita ante la inquisición. Se vuelve invisible en una esquina movediza acosada por la policía. Siente en la epidermis pasiones, locuras y rebeliones. Y ha oído silbar las balas. Entonces, ya puede escribir novelas de aventuras.

 

búsqueda