Inicio > Artículos > 2005 > 'K' (2005-08-24)
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Jakue Pascual - Sociólogo

«K»

La letra ‘k’ asedia, pone trampas al entendimiento salvaje. Extraña en castellano y exuberante en euskara, donde funciona como un dispositivo que independiza los conceptos, agrega multiplicidad a la palabra o la convierte en sujeto de acción. Letra onomatopéyica que resuena como un trago largo kilimiliklik, como un paso inseguro kili-kolo, como una kar-kar carcajada ke se hace humo o implica afección.

En Oteiza la ‘k’ es como un cromlech. Un territorio circular de autodefensa, donde los seres humanos, eskuaros, se expresan como sujetos de pluralidad. Para Xaho los vascos somos restos vivientes de una antigua civilización matriarcal íbera, en cuya escritura la ‘k’ se representaba con un círculo con un punto en el centro. Para Unamuno la ‘k’ es la letra malquerida de los españoles. El bilbaíno tenía un sentimiento de extrañeza para con su cultura autóctona.

La ‘k’ es rebelde. El punk la incorpora a la estética; se difunde por las okupas, impregnándolas de violenta grafía. El fanzine "Resistencia Radikal" no se come ni una ‘k’. La contabilidad de esta letra elimina la ‘c’ del alfabeto. Para el español la ‘k’ es extranjera. Los punk vascos la arrojan como un boomerang de combate, euskerizando la grafía castellana y subvirtiendo su gramática con la letra que más odia. «Katakrak es el ruido que hace una bota bien claveteada al estrellarse contra una puerta», decíamos en el 86. Kakaflash asalta el éter. Mili KK.

El demonio sonríe con la mueca sabia de un kixmi. Los racistas marcan con hierro candente tres kas sobre una espalda morena, Ku-Klux-Klan. Franz Kafka habita una vida kafkiana. En su infierno burocrático se metamorfosea en Simon Tanner, personaje de Robert Walser, autor semejante a sí mismo y con el que confunden al escritor de Praga. Joseph K, para Calasso, deambula por un proceso que, con Orson Wells, carga de opresión la atmósfera y, con Soderbergh, sumerge saboteadores en los pasadizos del Castillo. Kafka anarquista. Para Deleuze el autor es un dispositivo instalado en el interior de una máquina que lo engulle. Función K, la llama. Negri Diccionario: Crítica del juicio, la tensión de la imaginación es constructiva en Kant. Kairós, el ser inventa la oportunidad de un lenguaje común. El nombre de Marx se suma a la fiesta.

Vitamina K para la coagulación. 1.000 áreas, una ka; otros tantos metros, un km. Kg menos para lucir en verano. Un foco de 0,05 kw calienta mi azotea mientras escribo este artículo y telefoneo al Equipo K de educadores. Tipeo, suprimo la ‘q’ del abecedario. Guiño con un klik y recuerdo al Superagente 86 en sus combates contra la terrorífica KAOS. ¿Letra K? ¡Presente!

 

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