Jakue Pascual - Sociólogo
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Las sirenas ululan. Luces azules golpean un callejón en la noche. Una tira plástica de no trespassing impide a los curiosos asomar las narices. Varios bultos duermen el sueño eterno bajo mantas empapadas de un rojo pegajoso, casi negro. Un ajuste de cuentas, comentan los policías. Es la ley de la calle, donde se muere a manos de sicarios, como en "El Padrino", actores de una nueva nación en ciernes.
Un dato es incontestable: la criminalidad se incrementó un 20% en los siete primeros años del gobierno del PP, produciéndose cuarenta y seis delitos por mil habitantes. El Gobierno español dice que esto se debe a la llegada masiva de inmigrantes, pero la delincuencia en la que éstos se hallan involucrados no llega al 30% del total, según el SUP. ¿Qué es lo que sucede entonces? ¿Influirá en la crudeza de su violencia el rastro armado dejado por conflictos neocoloniales? ¿Tendrá algo que ver ese 19% de población española que vive en la pobreza según señala un informe de la Comisión Europea? ¿O la mutación metropolitana, con sus nuevas formas de alienación y pautas de consumo?
Lejos estamos de Lombroso y de las mediciones de Broca a los cráneos de los delincuentes, pero la criminología neopositivista no ceja de transitar por el lado oscuro. Así, se puede combinar la estereotipación étnica de los gangs criminales de mayor impacto espectacular con el rédito que la derecha política y el boyante sector de la seguridad obtienen de una extendida delincuencia común que se gesta en los márgenes de una sociedad que, tensada hacia los extremos, predica una paradójica doctrina de democracia de acceso diferencial al consumo.
Cuando era estudiante, me zumbaban los oídos cada vez que escuchaba términos como el de Teoría de la Desviación, pero, aún así, rastreé los submundos del hampa con Park y la Escuela de Chicago, la asociación diferencial en los delitos de cuello blanco y las teorías de la anomia. Todas ellas, mientras derivaba por el interior de un urbanismo mutante que ha transformado muchas cosas desde entonces.
¡Ringgggg!, ¡ringggggg!
Estamos en pleno centro de Madrid, donde se ha producido un atraco con el método del alunizaje. La Policía ha cercado a los ladrones y en estos instantes se está produciendo un denso intercambio disparos. Los agentes nos indican que nos retiremos porque existe riesgo de·
¡Pi, pi, pi!
Se ha cortado la comunicación. Un poco de música con The Clash y su "Police & Thieves", a la espera de reestablecer contacto con nuestro corresponsal en el lugar de los hechos. Radio Crimen en directo, al filo de la noticia.