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Jakue Pascual - Sociólogo

La máscara de Kurtz

Un astro del celuloide lo puede ser por estar sujeto a las convenciones del gusto o por ostentar una voluntad determinante. Marlon Brando detestaba los panegíricos.

El alcohol destruye familias. Marlon es expulsado del ejército. En el cuestionario respondió: «Raza: -Humana. Color: -Depende». Así que se apunta al método Stanislavsky, que muestra cómo los personajes se construyen a sí mismos con emociones impresas en la memoria y en los libretos de Tennessee Williams o Arthur Miller. Brando debuta en el teatro.

El impacto causado por los campos de concentración le llevó a recaudar fondos para quienes practican el sabotaje e implantan asentamientos colectivos en Palestina como embriones del Estado judío. En el cine impone un look de salvaje pandillero, un Marco Antonio sofista, y se revela como mito erótico en Un tranvía llamado deseo.

La relación con Kazan deviene problemática. El director abjura de la seducción revolucionaria de Zapata y se convierte en chivato ante el Comité de Actividades Anti-americanas, justificándose en La ley del silencio. Dicen que Brando nunca se arrepintió lo suficiente del Oscar que le otorgó la traición. Hasta que El rostro impenetrable lo definiera en la venganza, amotinando a la tripulación de la Bounty y poniendo rumbo a su isla de Tetiaroa. Allí danzó con malditos y se enamoróÅ  Sayonara baby. Todo fue en vano. No hay dónde escapar; su drama personal lo atestigua. Todo el oropel no será suficiente para enfrentar a La jauría humana y salvar a los suyos.

Los cimarrones sublevan Queimada. Cuentan que, la noche que asesinaron a Luther King, Brando se abalanzó sobre el teléfono reclamando armas a los Panteras Negras para marchar sobre Washington. Derechos civiles. Marlon rechaza su Oscar por El Padrino. Protesta por el trato vejatorio que se dispensa a los nativos de América. Mientras, media en los sucesos de Wounded Knee y también con los menomines levantados en armas por el reconocimiento de las escrituras de su tierra. Los indígenas resultan burlados y encarcelados. Brando se mantiene terco dos décadas, su Torquemada niega los créditos a un Cristóbal Colón que conmemora el genocidio. Para Don Corleone son negocios, «la mafia es el mejor ejemplo de capitalismo».

A Marlon sólo le queda desnudar sus emociones íntimas, untar la mantequilla y bailar El último tango, mientras los mirones cruzan la frontera de Hendaia para no entender nada.

Kurtz se desliza por el filo de un monólogo nietzschiano en el nuevo Apocalipsis. Marlon Brando ama la máscara, lo profundo también. Brando and Brando se concebirá sin él.

 

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