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Jakue Pascual - Sociólogo

Demarcación

La marca corroe. Desarrolla estrategias de combate en el mercado. Delimita frentes de productos. Impone ley y valor sobre territorio conquistado. Los cuerpos lucen cicatrices de esta guerra.

Un menor menosprecia a una educadora y otro afirma que soy un borroka. Ambos aluden a una misma característica para llegar a sendas conclusiones: no portamos marcas en la ropa. La base jerárquica sobre la que edifican su imaginario desvela valorización de marca. Colonizados por Nike, no detectan un discreto Zone o las siglas SPRNFLD. Tampoco entienden que la autonomía implica expurgar la marca, minimizarla o eliminarla para que su presencia no nos sustituya.

Naomi Klein, deseaba una Barbie, era una niña corriente que quería lo que todas. Yo mismo estaba abducido por los piojos de los pijos del cole, prendas militares diseñadas para resistir un ataque bacteriológico. Rituales de marca social encontrados en relatos de Levi’s que sientan como guantes en culos jóvenes. El deseo se interioriza como problema en la familia proletaria. No adquirir la marca implica incomunicación, un no entendimiento por parte los progenitores del no querer ser excluidos de los jóvenes. La mercancía fetiche cobra vida en una sesión de espiritismo. Lois contraataca, Bob Marley impone un son popular.

En la crisis la rebelión confecciona un virulento estilo de retazos. Los punk enfrentan su look a una sociedad hipócrita. Esta escupe ceros y lo reconvierte en moda de rabiosa actualidad. El enemigo se cuela en el hermético espacio ocupado. Otros buscan en las marcas un modelo que defina el estilo de su banal existencia.

El hippie pasa de marcas. Este verano impera en nuestras calles como proyecto ilusionante. ¡Y tú, de quién eres! Piensa el jazz en verde. Bilbao Urban Circuit, Renault convierte la city en un lugar sin peatones. Repsol: Selva en peligro.

Simulacro e imperio de lo efímero. Debord se niega a habitar la aldea de Mac Luhan. En este mundo globalizado, donde se puede pasar el jet lag del fin de semana en Helsinki o Nápoles, todos los McDonall’s son iguales. Oliver Twist cose muñecos Disney en Tailandia. Los Mapuches se enfrentan al trabajo inmaterial de Benetton en la Patagonia. Y Cayce Pollard Units es una coolhunter que tiene fobia al muñeco Michelín.

Un NO rojo sobre fondo negro y un LOGO negro tipeado sobre ausencia de color, preludian Seattle. G8. 1.000.000 de manifestantes antiglobalización en Edimburgo. El núcleo duro del movimiento decreta el Urbanismo Unitario situacionista, la acción directa jammer, la ocupación inmediatista, la incautación hacker y el batzarre circular zapatista.

 

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