Artículo escrito en el especial de Egin: 'Aniversario Txabi Etxebarrieta' el 5 de junio de 1993

Jakue Pascual - Sociólogo

Ra-Ta-Ta-Ta-Ta! ¡Han disparado a la libertad!

Su persona.

Txabi es un elemento tremendamente peligroso porque conoce la lógica de los servomecanismos: el automatísmo y la inercia de la máquina. Piensa que si sabotea los flujos de información, que otorgan a las partes del sistema su carácter de totalidad, éste se reducirá a la expresión nada. Pero también entrevé que el cálculo carente de intuición no sirve, ya que el azar no tiene porqué seguir los parámetros concatenados de la simple causalidad-efecto. (Lógica).

Sabe que morirá pronto... Y su premonición se proyecta más allá del acontecimiento, está pintada en los muros del futuro, en la historia de la autoafirmación permanente de una comunidad de seres libres. Lo demás no existe, sólo son piezas del engranaje de un monstruo artificicial. (Intuición).

Etxebarrieta no es sólo un riesgo por su conocimiento de la técnica y el oráculo, lo es también por su carácter de militante simbiótico -que lo coloca en rebeldía con los moldes aislantes de su pertenencia burguesa y preparación de élite-, de catalizador del sentimiento de la tribu desposeida de su tierra. (Simbiosis).

Su mundo.

Es un romántico irreconciliable con el fascismo, parte de una generación (la del 68) de "Ches" agitadores de pueblos esclavos, de Méxicos insurrectos a la miseria del Norte, de estudiantes iracundos que arrojan adoquines en los barrios latinos a la placidez autoritaria de la gerontocracia, de Berlines seccionados por la paz de la bomba, de Pragas aplastadas en primavera, de Californias imaginarias en el ombligo del leviatán Campbell que escupe napalm y balas sobre pueblos amarillos, rojos y negros... (Insurgencia).

Un mundo donde los viejos moldes están siendo barridos por la potencia que imprime una revolución cultural, basada en la precepción práctica de la horizontalidad, la descentralización y la autorresponsabilidad militante que arremete materialmente contra la formalidad democrática y fascista. (Democracia Directa).

Un tiempo pop en el que el ritmo de la transformación lo marcan la apertura del entendimiento y la exploración de la imaginación. Pequeñas luces que son filtradas entre líneas por los jóvenes a una tierra, como la nuestra, oscurecida por la impostura. (Pop)

Y el riesgo que entraña Txabi (como arquetipo de una forma de organización de la juventud vasca), es que en una minúscula parte del mundo dominada por tinieblas extrañas -denominada Euskal Herria por sus propios pobladores- se comienzan a encender hogueras de libertad. Por eso los guardianes de las sombras disponen un "final de la escapada" y -a modo de trhiller godardiano- hacen tabletear sus metralletas sobre dos ojos de luna. (Contrainsurgencia).

El tránsito.

Al volver el pensamiento sobre el tiempo ya sido, da la sensación de que nos intentan usurpar la historia; como si, al fijar el recuerdo de aquellos años, se pasara directamente, por monoreferencia, a la unidireccionalidad marcada de lo que ahora ya es. Es como si siempre hubiéramos vivido en los 90. No habiendo existido Taxbi, Burgos, una década posthippie, nuevas izquierdas, Lemoiz, movimientos sociales renovados, pogos punks, el No a la OTAN, guerras sucias, negociaciones... Y es que lo que acontece, es parte de todo eso que intentan borrar por estar implicado en el proceso del devenir. (Síntesis de la historia reciente).

El ahora.

Resulta inevitable establecer una comparación entre el entonces, los sesenta, y el ya (90´s). Es como mirar la sobreexposición en el papel de una fotografía, de lo que antes era un simple cliché. Hemos pasado del fascismo sin matices a una democracia artificiosa que hace del horizonte un espejismo. Y de los años Pop, al Nuevo Pop marcado en la distancia por la misma necesidad de ensanchar los límites civiles, sociales, históricos y personales de la Libertad. (Comparación).

Txabi y los suyos-as apuntaron una nueva idea: El reconciliar la tierra con los pobres en el frente de la acumulativa desarrollista. Y para ello, intuyeron el diseño de un movimiento complejo, centrado en la dinámica permanente del autoequilibrio de fuerzas evolutivas, a fin de que su respuesta se complementara con las necesidades propias de cada momento (Movimiento).

Hoy el reto que sobredimensiona el impulso transformador, pasa -como entonces- por la capacidad de imaginar prácticamente el futuro, por crear una alternativa convergente que condense las múltiples experiencias desarrolladas (a lo largo de décadas pasadas) y nos ubique en dispósición de dar los siguientes pasos.. (Alternativa).

El pasado y el futuro se difuminan: El espítitu de Etxebarrieta es parte de la energía transformadora de nuestra tierra. (Energética).