Carlomagno

  El caballero dirige, controla, domina el caballo. Es el amo que prevalece sobre la cabalgadura. De esta manera, se formula el principio de la separación, de la cosificación como expresión extrema de la alienación, estigmatizando al otro como un objeto al que se le niega su cualidad activa y creativa. En definitiva, la afirmación de lo masculino (Ar) -principio básico de la caballería- sin atender a su recíproco componente femenino (Eme), falsifica el poder constituyente vasco, que contempla al mismo nivel tanto lo femenino (Eme): el dar (eman), como lo masculino (Ar): el coger (ar(tu)), como motor de las relaciones (ar-eman).