Aportaci贸n al debate sobre la izquierda abertzale

An谩lis realizado a petici贸n de la Izquierda Abertzale en el marco del debate sobre estrategia previo a la recogida sistem谩tica de aportaciones de la base.

Reflexiones sobre d贸nde estamos y sobre la l铆nea estrategica gen茅rica a seguir por el conjunto del movimiento de izquierda independentista, soberanista y alternativo vasco

Desde que en enero ETA decretara el alto el fuego permanente, general y verificable en conformidad con la Declaraci贸n de Bruselas y el Acuerdo de Gernika los acontecimientos pol铆ticos se han sucedido a velocidad de v茅rtigo colocando en el epicentro de los mismos al conjunto de fuerzas abertzales, independentistas y alternativas que se agrupan en torno a la izquierda soberanista.

Documento de perfil estrat茅gico Euskal Herria Ezkerretik. Tres formaciones pol铆ticas Izquierda Abertzale, EA y Alternatiba suscriben un compromiso con la autodeterminaci贸n, el proceso de paz y las soluciones democr谩ticas, la democracia participativa (donde se incluyen espec铆ficamente las instituciones originarias de base vascas del Auzolan y el Batzarre), un modelo econ贸mico equitativo y ecol贸gico, la euskaldunizaci贸n, el feminismo, la educaci贸n y la sanidad p煤blica y el internacionalismo. Un documento base que coloca a la Soberan铆a como palanca del cambio social, que asume articular la unidad de fuerzas y el potenciar "movimientos amplios de acci贸n pol铆tica y social", as铆 como la integraci贸n en el proyecto de las propuestas emancipadoras de los movimientos sociales, impulsando la apuesta estrat茅gica mediante v铆as pol铆ticas pac铆ficas y utilizando para ello las herramientas disponibles en un arco que van desde lo institucional hasta la desobediencia civil. Un documento base donde s贸lo se echamos de menos matices que de alguna manera pod铆an ser integrados en los apartados anteriormente referidos.

El esquema era v谩lido pero en algunos aspectos bastante ingenuo 鈥揷omo se evidenci贸 en su posterior plasmaci贸n como Acuerdo Marco Municipal- ya que se planteaba en un escenario de profunda crisis pol铆tica y financiera (huelga contra las reformas de las pensiones). Por el cambio r谩pido y radical: Herri Programa. Pero entre la premura, la falta de an谩lisis en profundidad, las cuotas preestablecidas por los partidos para estructurar las candidaturas (y los intereses personales y de clanes pol铆ticos), la dificultad de contar con referentes conocidos y cualificados, la inexistencia de una apertura por la base de los marcos de decisi贸n, las diferencias de criterios sobre retribuciones a cargos y las propias necesidades de la IA para articular una referencia pol铆tica propia, la cosa funcion贸 de casualidad. Y es que la presi贸n del Estado durante la larga d茅cada de los 2000 no hab铆a pasado desapercibida para los ciudadanos vascos que fieles -guste o no el t茅rmino- a su esp铆ritu antiautoritario en cuanto encontraron un m茅todo pol铆tico de hacer las cosas sin violencia se fueron volcando hacia posiciones defendidas por la izquierda abertzale soberanista y -no lo olvidemos- alternativa en un escenario de crisis cuyos efectos sociales se estaban poniendo de manifiesto de una manera contundente y cuya responsabilidad se adjudicaba, aunque en diferente grado, a los partidos estatales y auton贸micos mayoritarios.

All谩 por diciembre del 2004, antes del alto el fuego de ETA del 22 de marzo del 2006, hab铆amos advertido con los datos en la mano sobre el cambio que se estaba operando en Euskal Herria. Insist铆amos en que pod铆a decapitarse electoralmente a la Izquierda Abertzale y dejar sin representaci贸n por medios impositivos a esta opci贸n pol铆tica, pero que no era tan sencillo acabar con el tejido social que a lo largo de la historia hab铆a conectado sus interacciones y advert铆amos sobre el cambio de paradigma que se estaba operando en el deslizamiento de un panorama de a cuatro a uno de a tres (estatalismo, autonomismo de derechas e izquierda independentista). Dec铆amos textualmente:

"Es momento de soluciones y en pol铆tica las complejas no tienen por qu茅 ser las m谩s acertadas. Se han efectuado muchos movimientos hacia la distensi贸n topando siempre con los l铆mites de una democracia tutelada. La novedosa oferta de Batasuna abre una larga marcha. Que nadie piense que en esta fase la propuesta va a materializarse ante el panorama pol铆tico constituido. Son demasiados los intereses que niegan la posibilidad democr谩tica expuesta. En definitiva, la IA no cuenta m谩s que con sus propias fuerzas para rearticular pol铆ticamente su espacio sociol贸gico y evidenciar una firme voluntad de resolver el conflicto. El trabajo productivo de la IA est谩 llamado a coordinar de manera alternativa la construcci贸n cooperativa de una sociedad vasca en paz"1.

Desde entonces los datos sobre el crecimiento de la opci贸n independentista se han ido confirmando en los diferentes sondeos que se han realizado. Y, a pesar de una interesada dispersi贸n de la encuesta que fue capaz de cargarse una secuencia de medici贸n comparativa de a帽os para diluir el efecto independentista, en febrero del 2011 confirm谩bamos a trav茅s de la encuesta de Lakua que sin duda 茅sta era ya la opci贸n mayoritaria2. La primera fase estaba concluyendo.

ETA asum铆a unilateralmente en su comunicado del 24 de marzo de 2011 la verificaci贸n internacional "no formal" del alto el fuego. Pero la paralizaci贸n de la inscripci贸n en el registro de partidos de Sortu y la ilegalizaci贸n de Bildu por parte del Supremo encendieron todas las alarmas. Los puentes hab铆an sido cortados y la nueva situaci贸n creada s贸lo encajaba en el interior de un salto cuantitativo totalitario por parte del Estado. Y as铆 se entendi贸 tanto aqu铆 como por parte del conjunto de fuerzas de izquierda y nacionalistas del Estado. Si la Ley de Partidos no contaba con l铆mites se convert铆a en un peligro para cualquiera que cuestionara al sistema en alguno de sus puntos sociales o territoriales. Y ante la incertidumbre de la 煤ltima decisi贸n que reca铆a en manos del Constitucional se activ贸 espont谩neamente la desobediencia y el mensaje de la insumisi贸n activa se difundi贸 por las redes. El 5 de mayo la concentraci贸n en el Arenal a la espera del fallo del alto tribunal espa帽ol se convirti贸 en el primer conato de toma de plazas, como en Tarhir, antes del 15M.

"V de Bildu, B de victoria"3, as铆 titul谩bamos un art铆culo que nos solicitaba el peri贸dico Diagonal de Madrid y que sal铆a publicado justo antes de las elecciones del 22 de mayo y en 茅l hac铆amos referencia, una vez m谩s, al antiautoritarismo vasco que hab铆a aceptado del 贸rdago del Estado y ganado la apuesta mediante la desobediencia. Los datos electorales confirmaron las mejores expectativas y sobre todo que el pueblo vasco, ante el vac铆o nacional y social creado por los aparatos de auton贸micos y centralistas del Estado, comenzaba a depositar su confianza y esperanzas en la izquierda soberanista.

En paralelo en el estado espa帽ol emerg铆a un movimiento indignado que, desde la plataforma de la Juventud Sin Futuro, se iba expandiendo con la Democracia Real Ya, hasta ocupar las principales plazas del Estado el 15M, poniendo sobre el tapete la necesidad de hacer pol铆tica desde la base. Un movimiento nuevo, informado por grupos antiautoritarios (libertarios, okupas, aut贸nomos, militantes de extrema izquierda...) y asociaciones vecinales y populares, mayoritariamente joven -y dado el recrudecimiento de la crisis bien recibido por amplias capas populares de la poblaci贸n- que por primera vez experimentaba y de una forma masiva la decisi贸n, el poder y los d茅ficit de la asamblea. Incluimos esta cuesti贸n en paralelo porque la articulaci贸n mim茅tica de estas plataformas en Hego Euskal Herria trajo peque帽os desajustes ideol贸gicos y pr谩cticos que atend铆an a las diferencias existentes entre las posiciones acumulativas defendidas por la mayor parte del espectro de izquierdas soberanista y alternativo y estas nuevas posturas que comenzaban a experimentarse por gente que hasta entonces no hab铆a contemplado este tipo de posibilidades, dado su seguimiento de las formas pol铆ticas estandarizadas por los media (y por otro tipo de factores como los relacionados con culturas pol铆ticas familiares), pero que al encontrarse violados en su perspectiva de normalidad por la crisis comenzaban a optar instintivamente por nuevos caminos de protesta. Aqu铆 es de destacar el papel de los colectivos ciudadanos y alternativos y de alg煤n representante de Bildu como el Alcalde de Donostia -no as铆 el de muchos militantes de los partidos de la nueva coalici贸n soberanista- de cara a ensamblar a pie de plaza las demandas de soberan铆a pol铆tica y social, minimizando con el argumento de la unidad popular vasca el relativo coste simb贸lico, pol铆tico y social que hubiera supuesto una fractura con estas expresiones de nuevo cu帽o.

Inmediatamente despu茅s del triunfo electoral de la opci贸n soberanista de izquierdas representada por Bildu se articula el bloque estatista en las instituciones. Si alguien ten铆a dudas sobre el papel de PNV aqu铆 es donde se confirma una vez m谩s. Pero ojo que los gui帽os que comenz贸 a hacer de inmediato Markel Olano para que Bildu cediera posiciones en torno a las infraestructuras guipuzcoanas van a ser muy reales a partir de que el PNV se vea desbancado por la Izquierda Abertzale y toque formar un nuevo gobierno vascongado. Pero no anticipemos acontecimientos, el PNV (lo mismo que el PSE) sabe cu谩l es nuestro l铆mite inmediato y donde tenemos la contradicci贸n interna.

Pacto institucional PNV-PSE-PP. Primera crisis: Infraestructuras en Gipuzkoa y Donostia. La imposici贸n de la mayor铆a pol铆tica frente a la minor铆a en el Gobierno crea una tensi贸n difusa entre los movimientos alternativos y la opci贸n institucional en el conjunto de un movimiento representado por la coalici贸n de partidos del soberanismo de izquierdas. El problema de fondo reside en la legitimaci贸n del modelo, o no, con la presencia en minor铆a en los gobiernos de la Diputaci贸n de Gipuzkoa o en algunos grandes municipios afectados por proyectos de macro infraestructurales y en donde se gobierna en minor铆a. Donde s贸lo mediante la obtenci贸n futura de mayor铆as absolutas, el establecimiento de un pacto global con otros grupos (l茅ase PNV y PSE), con su consiguiente renuncia al modelo de transformaci贸n social profundo o la capacidad imaginativa de establecer un juego de los equilibrios cualitativos, podr谩 ir desatando el nudo gordiano sist茅mico que imposibilita la verdadera transformaci贸n social, pol铆tica y cultural de EH.

Y es en este momento, en junio de 2011, donde insist铆amos 鈥搎uiz谩s de una manera un tanto precipitada pero no por ello menos necesaria- en el plus que supondr铆a el democratizar al conjunto de fuerzas que componen la opci贸n independentista, soberanista y alternativa de izquierdas estableciendo una convergencia y una representaci贸n en funci贸n de los intereses reales del conjunto de la corriente, como primer paso de democracia interna imprescindible para la ampliaci贸n de la participaci贸n en la propuesta soberanista y para su difusi贸n por la base.

"Tras la victoria electoral de Bildu, que ha roto un duro ciclo de excepcionalidad, la izquierda abertzale y soberanista se halla centrada en la tarea de levantar instituciones formales en detrimento del eje movimiento, el entramado que permitir谩 expandirnos socialmente hacia los objetivos estrat茅gicos y enfrentar desde la base el ataque sin concesiones que va a desplegar en breve la extrema derecha. La arquitectura pol铆tica de la izquierda soberanista necesita reestablecer el nexo entre ambos polos y desarrollar f贸rmulas de democracia participativa a trav茅s de instituciones de base propias y originarias como son el Auzolan (ayuda mutua) y el Batzarre (la asamblea). Si 茅stas se instituyeran, una parte importante del potencial de los movimientos sociales y alternativos y de las nuevas expresiones de descontento surgidas del 15M podr铆an converger..."4.

Posteriormente hemos observado c贸mo se han desplegado multitud de iniciativas, en funci贸n de cada situaci贸n social y cultural particular, para retomar practicas de base que en algunos lugares se manten铆an de forma tradicional, pero que en otros volv铆an a resurgir elev谩ndose desde el poso autoorganizativo sobre el que se asienta su tejido social concreto, siendo todav铆a necesaria su reconstrucci贸n innovada en much铆simas otras partes. En un punto intermedio se encontrar铆an iniciativas desarrolladas desde arriba, como las puestas en marcha por el Alcalde de Donostia con su acercamiento a los barrios, a los colectivos y asociaciones y a sus necesidades (Auzolan de excepci贸n tras las inundaciones de Martutene).

Este verano pasado ha sido especialmente movido tanto en el plano popular y alternativo vasco, como en el de los nuevos movimientos emergentes en el Estado, as铆 como en la cuesti贸n del cyberactivismo y las redes sociales. En Catalunya el movimiento popular indignado ha cercado el Parlament como medida de protesta contra los brutales recortes sociales que impone la derecha neoliberal de CIU. Se han producido multitudinarias marchas promovidas por el 15M e incontables acciones pac铆ficas en contra de la represi贸n del movimiento. Se han paralizado decenas de desahucios. Como, por el contrario, tampoco conviene desde帽ar que ha emergido una nueva ultra derecha cat贸lica joven y nazi, que tambi茅n se expande institucionalmente con diferentes formatos por toda una Europa sumida en una profund铆sima crisis financiera y de valores comunes.

En nuestro pa铆s se ha producido un notable impulso popular a la reivindicaci贸n y a la fiesta, que en Nafarroa ha tomado forma de lucha contra la imposici贸n del sentido por parte de la derecha navarrista espa帽ola. Se ha producido una convergencia de fuerzas vecinales, populares y alternativas en torno a Kukutza. Desde la Internacional Demostration Bilbo Basque Country hasta m谩s all谩 del desalojo. Un proceso que ha favorecido que en Bilbao (y en el resto del herrialde y EH) emerja una potencia alternativa de cierta magnitud dentro de la izquierda vasca (potencia no organizada como conjunto y heterog茅nea, que se reconoce en pr谩cticas comunes y se autoorganiza en torno a sus grupos de base), sin la cual la posici贸n pol铆tico institucional actual tendr铆a bastante menos implantaci贸n y proyecci贸n. No siendo nada casual que ya hace 25 a帽os se ocupara el Gaztetxe del Casco Viejo y su din谩mica creara el embri贸n desde el cual la cultura alternativa se ha ido expandiendo hasta llegar a la situaci贸n actual.

Londres ha ardido (hacia mediados de la primera d茅cada del 2000 lo hab铆an hecho las prefer铆as francesas entonces ya muy sensibles a las pol铆ticas neoliberales). Las contradicciones de la sociedad inglesa han saltado por los aires con el estallido que ha promovido una cierta alianza social entre las bandas surgidas de los estratos proletarios desclasados, convirtiendo al pa铆s de la primera revoluci贸n industrial en un laboratorio social donde la polic铆a puede llegar a planificar estados de excepci贸n locales, detenciones y procesamientos masivos y ejemplares, la restricci贸n de facto de los derechos civiles y la intervenci贸n estatal sobre el ciberespacio y el uso de la tecnolog铆a m贸vil evidenciando que la democracia se halla tutelada y que entre el mando democr谩tico formal o el autoritario s贸lo existe un paso.

Pero el est铆o todav铆a nos iba a deparar sorpresas poco gratas. En lo relacionado con la econom铆a pol铆tica continental los shocks financieros desembocaban en el crack burs谩til de agosto. Los inversores desconfiaban de las pol铆ticas econ贸micas estatales aplicadas. Los estados alem谩n y franc茅s frenaban sus econom铆as en seco. Y Europa fijaba l铆mites por ley a la deuda. La W de la doble recesi贸n se convert铆a en una posibilidad m谩s que te贸rica. Fase peligrosa. El FMI reduc铆a el pron贸stico de crecimiento y urg铆a al Banco Central Europeo a reforzar a煤n m谩s las reservas de los bancos, incluso antes de que tuvieran efecto las draconianas medidas de austeridad asumidas por estados como Italia, Portugal, Espa帽a o Grecia, cuya agon铆a arrastraba a este pelot贸n de cola fuera de la Uni贸n. Reuni贸n del Ecofin en Wroclaw. Objetivo: incrementar el fondo de rescate financiero.

El estado espa帽ol estrenaba en verano una Reforma Laboral por decreto. De un plumazo se suprim铆an el resto de derechos laborales que quedaban. Ya no hay convenios, ni norma que rija las relaciones laborales en las empresas. Los sindicatos han sido desplazados y s贸lo quedan interesados, esquiroles y currelas aislados con escaso margen para la autoorganizaci贸n. El capital ha declarado la ley marcial en la empresa y ha establecido el orden del trabajo en precario. Suprimidas las tablas salariales ya no hay garant铆as de nada, la flexibilidad coloca a cada cual donde mejor pueda ser usado en la producci贸n y se establece el descuelgue salarial. El mileurismo pas贸 a mejor vida. Y adem谩s PSOE y PP acometen, tras 30 a帽os de predicar su inmovilidad frente al hecho diferencial vasco, la reforma expr茅s de la Constituci贸n para fijar en ella el tope de d茅ficit m谩ximo del 0,4% a instancias de los mercados neoliberales. El art铆culo 135 y los abusivos recortes sociales s贸lo se encuentran con la oposici贸n de las fuerzas soberanistas, de izquierda y de movimientos sociales -como el 15M- de todo el Estado y con la residual presencia de algunos partidos que incluimos en este amplio y difuso arco. Mientras, y en paralelo, la banca espa帽ola elevaba en un tercio el dinero que ped铆a prestado al BCE y nos encontr谩bamos con que Espa帽a adeudaba 3 billones de euros.

El 78% de la poblaci贸n de la CAV ya no confiaba nada en el gabinete de L贸pez. "Propuesta del Lehendakari para la colaboraci贸n interinstitucional con las diputaciones forales". Los n煤meros eran contundentes, la duplicidad en gastos que asum铆an las instituciones vascongadas ascend铆a a 403 millones. Se exclu铆a de la contabilidad al Gobierno del Estado. As铆 ocurr铆a que el reconocimiento de la gravedad de los datos, y la voluntad de subsanar el defecto de estructura, no ocultaba la sospecha de que el planteamiento corrector del Gobierno Vasco se situara en l铆nea con las propuestas recentralizadoras de Rosa D铆ez de restringir el n煤mero de municipios, de eliminar las mancomunidades que propon铆a el PP o de suprimir las diputaciones que planteaba Rubalcaba, propuestas que converg铆an hacia el adelgazamiento m谩ximo del modelo auton贸mico y en el dar cerrojazo a la autonom铆a municipal en puertas de una previsible mayor铆a del PP en las elecciones estatales a las Cortes de Madrid. As铆, en paralelo, el Consejo de Gobierno de Lakua aprobaba el proyecto de Ley Municipal y no daba voz a Bildu, la mayor fuerza local de la CAV. Y los centralistas y autonomistas coincid铆an en dise帽ar el blindaje de EUDEL para bloquear el acceso de Bildu a su presidencia. En el trasfondo la reconstituci贸n de Udalbiltza. Mientras que Bildu denunciaba -entre otros d茅ficit municipales- un desfase de 101 millones en las arcas de Gipuzkoa.

Confebask calificaba de 芦desastre禄 tener que devolver las 芦vacaciones fiscales禄 y reduc铆a la previsi贸n de crecimiento en la CAV hasta el 0,8% anunciando una p茅rdida neta de 4.000 empleos. La fusi贸n de las cajas de ahorros de la CAV se aceleraba. La integraci贸n planteaba interrogantes sobre la persistencia de la obra social, el control p煤blico del 51% de las acciones y la estabilidad de las plantillas. Y se produc铆a el acuerdo entre los tres presidentes de las cajas vascongadas con Bildu. Bildu argumentaba que el 芦Contrato de Novaci贸n禄 preservaba la "funci贸n seminal" y que se trataba de una integraci贸n positiva, que evitaba la privatizaci贸n y manten铆a la obra social. Mientras que en lo social comenzaban a producirse movimientos como los protagonizados por La Diputaci贸n de Gipuzkoa y los Colectivos que trabajan en la inclusi贸n social exigiendo a Lakua que retirara la reforma restrictiva de la Renta de Garant铆a de Ingresos y no criminalizara la pobreza. Pero la cuesti贸n de fondo se halla en que la estructura social de Euskal Herria est谩 cambiando a marchas forzadas y en que el reflejo de la desregulaci贸n comienza a visualizarse en los extremos sociales, en el proletariado desclasado y subcontratado, en el mayor volumen de trabajo inmaterial cualificado y en una clase media en peligro de extinci贸n, s贸lo mitigado por la persistencia moment谩nea (dado el gusto de privatizaci贸n neoliberal) de un inflacionado sector funcionarial.

ETA se muestra "plenamente convencida" de poder alcanzar un escenario de paz y libertad seis meses despu茅s de la declaraci贸n del fuego permanente, general y verificable. Camacho niega que el Gobierno de Espa帽a tenga que dar ning煤n paso. El PP se alinea con el discurso de la extrema derecha y Cospedal pone a Bildu en el punto de mira de las ilegalizaciones. Ante los comicios del 20-N la izquierda abertzale defiende el "actuar como pueblo". Para el PNV son cantos de sirena. Ellos buscan el estatus perdido y ruegan al Estado que les habilite uno, cuando aquel tiene para Hegoalde sus propios planes neocoloniales en el actual contexto de crisis. La enmienda del PNV se extrav铆a en el laberinto Congreso y el t谩ndem PSOE-PP le niega hasta la posibilidad de colgarse la medalla de los convenios auton贸micos. Las bases fuerzan a Aralar a sumarse a la convergencia soberanista. La Abogac铆a del Estado reitera su postura contra la legalizaci贸n de Sortu: "No hay separaci贸n de ETA, m谩s bien una interpretaci贸n a dos coros". Sentencia por el "Caso Bateragune". "Clarificando la fase pol铆tica y la estrategia". Rechazo general en Euskal Herria de la condena. Lokarri considera que "no es digna de ser acatada". Y se producen dos asertos que conviene tener en cuenta para articular los siguientes pasos a dar tras el 20N: 1) Tweet de Twitter, "que nadie abandone este camino, porque vamos a ganar". 2) Rufi Etxeberria augura un aut茅ntico choque de trenes pol铆tico... Y segundo aserto: "Y la voluntad mayoritaria estar谩 obligada a adoptar decisiones unilaterales de soberan铆a".

El colectivo de presos pol铆ticos vascos EPPK asume el Acuerdo de Gernika. Camacho lo interpreta como "un paso hacia la paz", mientras Rubalcaba constri帽e las salidas de los presos en la ley vigente (cuando la simple aplicaci贸n del C贸digo Penal excarcelar铆a a muchos). Una comisi贸n internacional de expertos comienza la verificaci贸n del alto el fuego. ETA emite un comunicado en el que adopta el compromiso de colaborar. Autodisoluci贸n de EKIN. "Bases para la unidad, la concordia y la convivencia". El PSE mueve pieza y plantea el reconocimiento de todas las v铆ctimas de la violencia pol铆tica sin excepci贸n y condiciona los pasos hacia el acercamiento y la reinserci贸n de los presos al fin de la lucha armada. El Gobierno de Madrid lo secunda. Zabaleta afirma que la amnist铆a es "lo normal" pero Camacho la descarta, as铆 como el "acercamiento masivo" a c谩rceles vascas. Ardanza desvela que el Pacto de Ajuria Enea acord贸 que el fin de ETA conllevar铆a la salida de todos sus presos y J谩uregui lo desautoriza: "lo no escrito no existe". Las partes coinciden en no fijar plazos y en consolidar movimientos. El PP del Pa铆s Vasco se retrae cauteloso a la espera de directrices. Cospedal acusa al PSOE de hacer la campa帽a a Bildu y la AVT insiste en su ilegalizaci贸n. Tras la apertura milimetrada del PSOE en el reconocimiento de una posible soluci贸n al conflicto vasco, ser谩n los poderes reales del Estado quienes proyecten su decisi贸n en la pantalla de Rajoy.

Las fuerzas combinadas de Ares y Azkuna y la judicatura de la propiedad privada ponen sitio al Gaztetze de Kukutza, les importa un bledo la participaci贸n ciudadana. Su 煤nico inter茅s es el de salvaguardar los derechos de los especuladores y asestar un duro golpe al ala antiautoritaria de la resistencia vasca popular, vecinal y alternativa; que en concreto en Bilbao articula un sistema difuso de centros autogestionados y colectivos, que ejercen un cierto contrapoder popular frente a los planes especulativos y urban铆sticos neoliberales del Ayuntamiento y que de alguna manera se reflejan en el componente de base del voto a opciones como Bildu. Frente al vac铆o cultural de Errekalde sedimentado tras varias legislaturas del PNV, la iniciativa popular, el auzolan (trabajo comunitario) y la participaci贸n ciudadana hab铆an modelado un espacio multidisciplinar legitimado socialmente y pol铆ticamente v铆a ayudas econ贸micas oficiales. El alto grado de cooperaci贸n demostrado por la autogesti贸n hab铆a ridiculizado la raqu铆tica oferta de las instituciones. El barrio en estado de sitio. D铆a de la verg眉enza. Bilbo burning.

Bildu impone su moda social en las galer铆as pol铆ticas del conjunto del Estado y no s贸lo de Euskal Herria. La Diputaci贸n de Gipuzkoa propone crear una Renta B谩sica de Ciudadan铆a "universal e incondicional". El PNV "radicalmente en contra" y el PSE pide n煤meros. La oposici贸n se al铆a expresando su apoyo al TAV y a la ampliaci贸n exterior del puerto de Pasajes y dem谩s macro proyectos infraestructurales de Gipuzkoa y su capital, frente a la negativa en minor铆a institucional de Bildu. Garitano afirma que la Diputaci贸n no impulsar谩 en plena crisis proyectos que "han arruinado econ贸micamente el territorio". Su antecesor en el cargo, Markel Olano, le tienta para que negocie. Dos modelos de pol铆tica econ贸mica contrapuestos despuntan en Eukal Herria. El hegem贸nico neoliberal promovido y sobredimensionado por las fuerzas estatalistas y autonomistas y el de una incipiente democracia socialista, no conformada m谩s que en sus rudimentos sobre un espacio sociol贸gico soberanista, progresista, de izquierdas y alternativo amplio.

Muchos son los datos que auguran que tras el 20N se abrir谩 en el conjunto del Estado una nueva fase pol铆tico econ贸mica m谩s cruda y de mayor conflictividad social. La crisis provocada por la quiebra del sistema especulativo-financiero puede enfrentarse desde dos 贸pticas radicalmente opuestas: desde una visi贸n colonialista centralizando estructuras y recursos en la metr贸polis o bien, dise帽ando una red que contemple el territorio desde sus relaciones reales. Si pretende resolverse de la primera manera la tentaci贸n de mantener un conflicto armado como el vasco como elemento de diversi贸n medi谩tica y rentabilidad econ贸mica es muy alta. 17 de octubre Conferencia Internacional de Paz. ETA anuncia el 20 de octubre el anuncio del cese definitivo de la lucha armada. La 煤nica pega para el sistema es que ahora se halla ante un vac铆o estrat茅gico en este nivel de confrontaci贸n, no encontrando enemigo directo para jugar este peligroso y, para 茅l, provechoso juego.

De ah铆 que la autoorganizaci贸n del espacio sociol贸gico de la gran izquierda abertzale, ya que si alguien pensaba que con s贸lo con concluir con la lucha armada y controlar espacios relativos de decisi贸n -y tender pol铆ticamente hacia la socialdemocracia- iba a poder enfrentar la ofensiva que viene, deber铆a repensar tambi茅n que la actual estructura partidista obstaculiza la autoorganizaci贸n popular necesaria para enfrentar una nueva fase donde ser谩 necesario combinar instituci贸n formal y de base. Ya que s贸lo entretejiendo ambas con la desobediencia se podr谩 desarrollar la t谩ctica insumisa necesaria en cada momento.

Euskal Herria se construye como comunidad con quienes la afirman en su independencia en todos los 谩mbitos de la vida cotidiana y no con quienes interponen su inter茅s por mediaci贸n autonomista. Una cuesti贸n de vital importancia que conlleva la necesidad de revisar permanentemente el equilibrio din谩mico en el que se asienta el amplio movimiento de la izquierda soberanista, sus formas organizativas (colectivos, organismos, sindicatos, plataformas, espacios autogestionados, movimientos sociales) y partidistas, sus relaciones institucionales y su expansi贸n horizontal por la base social y no por la altura del pacto interclasista en un contexto de profunda crisis socioecon贸mica cuyos responsables se encuentran entre quienes han gestionado de manera neoliberal nuestros intereses.

En treinta a帽os hemos pasado del punto final del Estado del Bienestar puesto en marcha por los neoconservadores (y del fin del Socialismo de Estado), al r茅gimen asistencial impuesto por los neoliberales en el Nuevo Orden Mundial, para llegar con la segunda gesti贸n neoliberal de la crisis financiera al Estado Privado de Caridad. Espa帽a a la cabeza del ranking europeo de pobreza, ha pasado del 12,36% de 2007 al 23,9% de miseria registrado en enero de 2011, mientras que la banca se hace con 6000 millones, Defensa adeuda 24000 millones y otras instituciones como la Iglesia o la Monarqu铆a se hacen con ingentes cantidades de dinero p煤blico. Mientras que en Vascongadas y la Comunidad Foral de Navarra se incrementan sensiblemente los recortes en asistencia, educaci贸n, sanidad y oferta formativa y de ocio para amplios sectores sociales, favoreci茅ndose desde determinadas instituciones pol铆ticas de diferente r茅gimen (auton贸mico, territorial o municipal) el retorno de la pobreza a la comunidad vasca.

En este escenario de crisis financiera y estatal la IA soberanista, independentista y alternativa cuenta con dos problemas que se solapan. El primero el c贸mo mantener un acuerdo de unidad donde los intereses de todos sean compensados de manera real y equilibrada (cuesti贸n que va desde la representatividad del conjunto hasta la incorporaci贸n pol铆tica de las necesidades de los mismos) y dos, los problemas derivados de la composici贸n de la instituci贸n formal y de los gobiernos en minor铆a en un marco democr谩tico formal regional controlado por los gestores pol铆ticos (regionales, estatales y continentales) del capital financiero y transnacional.

Y es en este punto, dado el c煤mulo de cuestiones que se entremezclan con nuestro m谩s reciente quehacer pol铆tico como movimiento de izquierdas independentista, soberanista y alternativo, donde operamos por desplazamiento hacia las necesidades gen茅ricas que deber铆a cubrir el esbozo de un hipot茅tico Estado Vasco.

1.- Justicia Social. Ninguna discriminaci贸n por ninguna raz贸n (g茅nero, clase, condici贸n sexual, incapacidad, edad, procedencia, ideas y creencias) y garant铆a de m铆nimos cuantitativa y cualitativamente suficientes para el desarrollo de una vida digna (trabajo, sanidad, educaci贸n, vivienda, ocio y asistencia).

2.- Cultura vasca y euskaldun que, manteni茅ndose abierta al mundo, profundice en sus ra铆ces potenciando la autogesti贸n de sus potencialidades creativas (est-茅ticas) a partir de una identidad prox茅mica que lo relacione con lo universal a trav茅s de lo m煤ltiple. El euskera como elemento diferenciador y espec铆fico que enriquece el patrimonio universal.

3.- Ecolog铆a social, ecolog铆a mental y ecolog铆a del territorio. De lo que habitamos, c贸mo lo habitamos y nos habita. De lo que se trata es -una vez m谩s- de operar un desplazamiento ya que la cuesti贸n, en una situaci贸n de l铆mite ecol贸gico avanzado, no reside en el desarrollo sostenible sino en la integraci贸n de las ecolog铆as social y mental en la del territorio.

4.- Reparto de la riqueza y tendencia a la equidad social en un marco donde el desarrollo de las relaciones de producci贸n capitalistas globalizadas no impidan el desarrollo de una econom铆a social cooperativa creativa y solidaria. Lo cual nos lleva al punto 1. Por tanto el propio marco productivo tiene que establecer un factor de conexi贸n reversible entre la satisfacci贸n de las propias necesidades y la generaci贸n de excedentes competitivos intercambiables con otras esferas pol铆tico econ贸micas establecidas a escala orbital; es decir, entre la innovaci贸n y la autogesti贸n de las propias necesidades productivas.

5.- Democracia participativa de base. Reinstauraci贸n progresiva, primero observando los modelos que funcionan y luego experimentando y activando sus posibilidades en cada una de las esferas de relaci贸n b谩sica (barrios y pueblos, valles y territorios). No se trata m谩s que de articular la participaci贸n con capacidad decisoria de los ciudadanos en los problemas que les afectan utilizando la primera de nuestras instituciones originarias el Biltzar, Batzarre, Rep煤blica o Asamblea, para desde ellas poder decidir sobre los aspectos que directamente nos conciernen. Solo articulando este nivel de relaci贸n pol铆tica en el municipio se puede establecer un nexo directo con la participaci贸n real de movimientos sociales, colectivos y personas de a pie que permita superar la formalidad pol铆tica que tiende a separarse de los ciudadanos mismos y que son en quienes en definitiva reside la voluntad popular. El m茅todo por tanto es confederal: los batzarres de barrio o pueblo opinan y deciden sobre lo que les afecta, las juntas del valle lo mismo en el plano de interacci贸n de su propio medio, al igual que las juntas territoriales velan por el desarrollo de este conjunto. 驴Qu茅 es un Estado Vasco, adem谩s de una administraci贸n y una defensa, sino el inter茅s de las personas de los barrios, pueblos, ciudades, valles y territorios de una naci贸n por participar desde ellos mismos en unas formas culturales, sociales y pol铆ticas de relaci贸n com煤n? Los ciudadanos tienen que tener capacidad de decidir sobre lo que les afecta y lo que afecta en com煤n debe ser sometido a refer茅ndum en la escala de decisi贸n que competa.

La segunda de las instituciones originarias es el Auzolan. La ayuda mutua no es la Prestaci贸n Social Sustitutoria, es un valor a帽adido de colaboraci贸n. Con esto quiero decir que el Auzolan es un medio de excepci贸n y de fiesta donde la sociedad de un barrio o un valle celebra su propia capacidad para suplir determinadas carencias de este conjunto o de algunos de sus miembros; lo que no exime de su responsabilidad a los otros niveles de gesti贸n con mayores competencias reales sobre medios escasos. Y es que donde es necesario el Auzolan s贸lo hay comunidad y cooperaci贸n productiva en una instituci贸n intregrada y no instituci贸n formal separada o estado. El auzolan no es un medio de excepci贸n, son las estructuras de la instituci贸n formal las que lo han relegado a este lugar, pero la potencialidad del auzolan consiste en la libre cooperaci贸n del trabajo vivo, y sobre todo, en el reparto de la riqueza que crea este trabajo. En auzolan se basa en un uso comunitario 鈥搉o privado- de la propiedad y en un reparto tambi茅n comunitario de los beneficios.

Pasos:

1.- A corto plazo. Creaci贸n de un movimiento desde la Democracia de base que articule y represente realmente al conjunto de fuerzas y personas que componen la izquierda soberanista, independentista y alternativa. Condici贸n de modelo de democracia interna para el conjunto de expresiones que componen la nueva mayor铆a soberanista e independentistas de izquierdas y alternativa.

Articulaci贸n de las distintas propuestas de desobediencia civil que promuevan el debate, la toma de conciencia y vayan afianzando el movimiento.

2.- A medio plazo. Articulaci贸n institucional de la potencia popular democr谩tica y de base con los niveles institucionales formales en base al reestablecimiento de las instituciones originarias de base: Auzolan y Batzarre. Condici贸n de constituci贸n de la democracia originaria vasca de base y democr谩tica.

3.- A largo plazo. La extensi贸n del proyecto institucional de base a la participaci贸n del conjunto de la poblaci贸n convencida de la importancia real que supone la participaci贸n decisoria en las cuestiones que les afectan, lo que les llevar铆a a participar directamente del modelo propuesto por el conjunto de fuerzas independentistas, soberanistas y alternativas de la izquierda vasca. Condici贸n de difusi贸n de la participaci贸n a trav茅s de la democracia originaria vasca de base y democr谩tica.

Insistimos en el tema de la democracia participativa por que la trasformaci贸n social de Euskal Herria y la consecuci贸n de los objetivos estrat茅gicos de independencia y socialismo no se van a conseguir 鈥損or definici贸n de intereses contrapuestos- s贸lo con una hipot茅tica alianza interclasista de formaciones pol铆ticas nacionalistas, ni tampoco con una simple victoria electoral de una coalici贸n o un partido soberanista si no cuenta con una mayor铆a social que lo refrende en lo electoral y en todos los aspectos que, empezando por lo cotidiano, conforman el cuerpo social de las relaciones pol铆ticas.

Es evidente que un proyecto de Estado Vasco afecta a todos los que habitan en el espacio de esa manera definido, por lo que 鈥揷omo es l贸gico e incluso de Perogrullo- cuando supuestamente m谩s crezca la adhesi贸n de los particulares que lo componen (personales, colectivos y territoriales) a esa esfera de relaciones pol铆ticas comunes, por entender que as铆 cubren mejor sus necesidades (simb贸licas, materiales y prox茅micas), m谩s ser谩n los convencidos de que es la opci贸n adecuada. En definitiva, la centralidad del Estado Vasco entra en contrasentido con la f贸rmula pol铆tica confederal que necesita del devenir vivo de las sociedades vascas unidas. La diferencia estriba en establecer un marco de Estado como referencia central externa o concluir en un marco institucional com煤n descentralizado desde una articulaci贸n pol铆tica desde la base. Ya que un Estado Vasco no es nada m谩s que la articulaci贸n pol铆tico econ贸mica, administrativa y de autodefensa de un territorio con las naciones que lo pueblan y que en su biodiversidad lo definen como una multiplicidad que se reconoce como un todo. Este es el sentido confederal vasco, el que se estructura como una Rep煤blica de Rep煤blicas Aut贸nomas en las decisiones que afectan a s铆 mismas y el de una Rep煤blica Unida en la toma de decisiones que afectan al conjunto de todas ellas5.

Por lo tanto, democratizaci贸n interna de las estructuras pol铆ticas para establecer la representaci贸n democr谩tica y real del conjunto del movimiento independentista (lo cual no implica que tengan que desaparecer partidos, corrientes, organismos o colectivos que lo conforman), establecimiento preformativo de estructuras sociales de base (asambleas) para incorporar al debate decisorio interno a movimientos, colectivos alternativos y personas afines, establecimiento de los cauces institucionales de base para que las decisiones ciudadanas se tengan en cuenta en los niveles que les competen y como canales que informen a las estructuras de decisi贸n superiores (articular las relaciones y los reglamentos de funcionamiento y atribuciones de los batzarres de barrio y pueblo y su relaci贸n con el ayuntamiento, lo mismo que en juntas superiores de valle-comarca o herrialde) e instauraci贸n de mecanismos de consulta general cuando los temas afectan al conjunto de un barrio, municipio, valle o a un territorio hist贸rico.

Somos conscientes de la dificultad de poner este procedimiento en marcha, llevamos demasiado tiempo disuadidos de participar como para que esto sea sencillo. Pero lo cierto es que la actual crisis financiera y estatal global ha puesto de nuevo sobre la mesa la necesidad de democratizar la toma de decisiones desde la base, de ah铆 que 鈥揷on todos sus defectos- los ampl铆simos movimientos de contestaci贸n que est谩n surgiendo en el estado espa帽ol, en Europa y EEUU elijan de nuevo y tiendan a revitalizar la asamblea y la toma de la palabra y la calle (el 谩gora) como forma directa de desobediencia frente a una democracia autoritaria cuyos representantes pol铆ticos, al servicio de los grandes consorcios, se han separado totalmente del pueblo.

Nosotros, los vascos, como pueblo hemos tenido una forma de organizarnos que se basa en el presupuesto democr谩tico de que nadie es m谩s que nadie y cada cual con su cabeza (sobre la cu谩l est谩 Mari, su imaginario de persona como parte de un conjunto), de ah铆 que la Asamblea, la Junta o la Rep煤blica haya sido su forma natural de relaci贸n pol铆tica. No hay m谩s que operar sobre nuestra propia institucionalizaci贸n. Los representantes de los batzarres proponen sus candidatos al gobierno municipal, los representantes de los municipios de un valle establecen su junta decisoria y los representantes de las distintas juntas de valle env铆an sus representantes a la junta territorial. Esta es la gu铆a que hay que adaptar para democratizar las instituciones desde nuestra manera de entender la relaci贸n pol铆tica.

El poder ha difundido la idea de que sociedades complejas no pueden conducirse por decisi贸n de sus asambleas de base y que se necesita un poder separado para gestionar los intereses comunes. Se trata de dar la vuelta a este aserto e indicar que son las instituciones separadas las que han llevado al conjunto de los pueblos del mundo a la actual crisis total de valores 茅ticos y morales, de representaci贸n democr谩tica y de justicia social. En nuestro pa铆s, sea por inter茅s com煤n y tradici贸n o por lo que sea, se han mantenido en muchos n煤cleos peque帽os y valles las estructuras de decisi贸n de base y de ayuda mutua del Auzolan y el Batzarre. La dificultad estriba sobre todo en ponerlas en funcionamiento en los grandes n煤cleos, por eso hemos propuesto una metodolog铆a que muy a grosso modo puede servir para ir articulando este tipo de manera decisoria de base y que empieza desde la democratizaci贸n del propio movimiento que se reconoce en los par谩metros de independencia y socialismo, soberanismo progresista y asamblearismo alternativo. Pues bien, no s贸lo se han mantenido estas estructuras de base en los lugares que ha seguido funcionando tradicionalmente, sino que con la apertura del nuevo proceso las bases han tensionado para ir creando sus propias asambleas de an谩lisis y decisi贸n como las surgidas en el barrio del Antiguo de Donostia u Orereta (por ejemplo s贸lo una par de ejemplos). Y a esto habr铆a que sumar los primeros intentos de iniciar un di谩logo con la base de arriba abajo auspiciados por el mismo Alcalde de Donostia. Somos conscientes de que nos hallamos en una fase embrionaria, pero tambi茅n lo somos de lo imprescindible que es regenerar el funcionamiento democr谩tico a partir de nuestras instituciones originarias de base que nos otorgan, junto a pueblos como el island茅s6-y al parecer algunos cantones suizos o el antiguo sistema pol铆tico de los ingleses- como la democracia m谩s antigua de Europa. No, no son los ayuntamientos, ni los gobiernos auton贸micos la base de la democracia vasca, sino el Biltzar, la Junta y la Rep煤blica.

Somos conscientes que el amplio movimiento catalizado en la actualidad por la izquierda independentista, soberanista y alternativa est谩 sujeto a m煤ltiples tensiones que hay que equilibrar. Tensiones entre la democracia de base y la formal, entre la desobediencia/acatamiento institucional y la desobediencia civil del movimiento de base, entre la tendencia hacia la socialdemocracia o hacia el libertarismo de los movimientos alternativos, entre los mismos territorios vascos sus grados de autonom铆a pol铆tica, social y cultural... Pues bien en todas encontramos la tensi贸n entre la instituci贸n formalizada y los movimientos que se articulan desde la base, de lo cu谩l deducimos que s贸lo hay un nexo que puede reequilibrar ambas l铆neas de tensi贸n y 茅ste no es otro que el de la instituci贸n -sin prisas, ni plazos y ajustada a realidades concretas- de nuestras instituciones originarias de base como son el Auzolan y la Rep煤blica de la Junta o BatzarreNOTA.

Gora Euskal Herrepublikak

Jakue Pascual

Donostia 18 de noviembre de 2011

Notas

1.- "El espacio sociol贸gico de la izquierda abertzale", Gara 02/12/2004.

2.- "Despliegues, escaramuzas y sentimientos", Gara 17/02/2011.

3.- Peri贸dico Diagonal, n潞 150, 18 de mayo de 2011.

4.- "Democracia de base ya", Gara 09/06/2011.

5.- Ver a modo de casu铆stica los ejemplos con los que personalidades de peso cultural y pol铆tico avalan la realidad confederal vasca. "Instituciones originarias", Gara 30/09/2010.

6.- Ver a modo de ejemplo mi art铆culo sobre la revuelta c铆vica y de base en Islandia, "La batalla de Yggdrasil", Gara 03/03/2011.

NOTA.- No voy a tocar el tema de las alianzas pero pienso que hay que readecuar el discurso y ampliar el esquema hacia las nuevas expresiones pol铆ticas y movimentales. No es suficiente un esquema soberanista de alianzas (m谩xime con la dudosa adscripci贸n social de muchas), ni el esquema grupuscular de colectivos pc麓s. Los nuevos aliados est谩n en los pueblos originarios, en los nuevos movimientos que reclaman la democratizaci贸n de la sociedad y la justicia social, en los colectivos y movimientos alternativos, etc. Guste o no la l铆nea que est谩 imponiendo la revuelta social tiende en su t茅rminos m煤ltiples hacia lo asambleario y libertario (EEUU, Grecia e incluso en el estado espa帽ol as铆 se dibujan). Hay que aprender de experiencias como la islandesa... Sin m谩s, creo que es importante recalcarlo y sobre todo entender que la lucha del pueblo vasco por la dignidad, la justica y la libertad se incrusta en un movimiento que ya sacude todo el orbe. Hemos llegado al l铆mite de tolerancia y se impone una nueva revoluci贸n social y cultural.