Publicado el 12 de julio del 2008 en la secci贸n 'Eguneko gaiak' del gara

Constituci贸n, traici贸n, proscripci贸n y quiebra

Jakue Pascual - soci贸logo

El primer problema es el constitucional, no el demogr谩fico, y se halla inserto en su propia g茅nesis. Primero, 驴d贸nde se asienta el poder constituyente espa帽ol? En un pacto constitutivo, basado en el modelo del c贸digo napole贸nico, y en una transici贸n hacia un modelo de democracia parlamentaria. Mientras que la parte nacionalista vasca no tiene en cuenta la din谩mica constituyente que se produce en su propio territorio y es incapaz de contraponer un proceso constitutivo paralelo, una constituci贸n propia refrendada multitudinariamente en las instituciones locales, sociales y pol铆ticas, as铆 como por la propia poblaci贸n (lo que ya de primeras supone una aceptaci贸n de facto, por r茅gimen de subsidiaridad legislativa, de lo que se intenta imponer como modelo constitucional espa帽ol). Es evidente que lo que est谩 detr谩s es la garant铆a de la unidad patria que establecen las FFAA (como muy bien se ver谩 tras el 23-F con el par贸n que supone del desarrollo competencial estatutario).

Lo del votar s铆, no o abstenerse (opci贸n mayoritaria l贸gica por no ir con nosotros los vascos esta Constituci贸n espa帽ola) y luego la contradicci贸n de refrendar el Estatuto, por parte del PNV y las fuerzas constitucionalistas, lo que de hecho hace es redundar esa aceptaci贸n del marco constitutivo que se est谩 estableciendo. Proceso de traici贸n que, conform谩ndose con la gesti贸n de lo dado (e inmediatamente recortado), es capaz de llegar hasta a obviar la cumplimentaci贸n del marco estatutario establecido como norma de ley por la propia Constituci贸n espa帽ola.

驴Qu茅 ha sucedido desde entonces? El independentismo sube y el conflicto se mantiene hasta el grado de que el Estado espa帽ol hurta al pueblo vasco su derecho al sufragio universal, negando la posibilidad de representaci贸n a una parte considerable del mismo. Pero, incluso, con la utilizaci贸n de este procedimiento de excepci贸n (Ley de Partidos), el problema de legitimidad del marco de relaciones entre el Estado espa帽ol y los vascos sigue en cuesti贸n. Lo mismo que para el Estado espa帽ol sigue estando en cuesti贸n cualquier iniciativa que pretenda reformular esta relaci贸n modificando la Constituci贸n, constituida inicialmente con el consentimiento estatutario subsidiario de parte de las fuerzas pol铆ticas vascas, a excepci贸n de la izquierda abertzale.

Ya son m谩s los que no pudieron votar en el refer茅ndum constitucional que estableci贸 la Constituci贸n espa帽ola. Y son dos las cohortes generacionales que han dado el vuelco en las opiniones de la poblaci贸n vasca al respecto, inclinando la balanza mayoritariamente del lado de quienes consideran que la Constituci贸n espa帽ola y el Estatuto subsidiario no son v谩lidos para garantizar las aspiraciones de autogobierno del pueblo vasco. Bien sea porque consideran que su desarrollo es insuficiente o porque aspiran a la independencia. La legitimidad del marco est谩 en quiebra entre un amplio porcentaje de vascos (no entre los espa帽oles, que deber铆an preocuparse por el desarrollo restrictivo que el marco constitucional propio establece en relaci贸n a las libertades p煤blicas, pero que en su gran mayor铆a no lo hacen, tomando a la Constituci贸n como un dogma sagrado; lo cu谩l tambi茅n tiene que ver con el c贸mo es inducido este planteamiento pol铆tica y medi谩ticamente) y de ah铆 que se articule de la forma que lo hace la respuesta del Estado.

Todo c贸digo deber铆a ser continuamente revisado y en especial las partes que establecen las reglas del juego de relaciones entre supuestos distintos (si no -y a la inversa-, a qu茅 responde el Estatuto, si no es al establecimiento de l铆mites a la voluntad autodeterminista del pueblo vasco), sobre todo cuando los diferentes, en este caso los vascos (qu茅 le vamos a hacer), no est谩n de acuerdo en sentirse subsidiarios a las reglas que otros les imponen unilateralmente, y a las que ni tan siquiera han votado, contando con la inestimable colaboraci贸n de la parte m谩s interesada y posibilista del nacionalismo vasco. La poblaci贸n vasca actual, a pesar del descreimiento y la superficialidad a la que ha sido inducida (hasta por sus propios conciudadanos), sigue manteniendo la quiebra con el Estado espa帽ol en relaci贸n al marco de relaciones conjuntas que se debe establecer. Son ya m谩s los que no pudieron votar al Estatuto y la Constituci贸n y, aunque sus expresiones hayan sido proscritas, m谩s numerosos los independentistas. Los problemas persisten cuando no hay voluntad de soluci贸n y esto no tiene que ver con el Plan Ibarretxe, sino con que hay un pueblo con voluntad de ser por s铆 mismo.

Otro tema es c贸mo deber铆a ser la constituci贸n vasca, que no tiene por qu茅 seguir -dada nuestra propia experiencia constituyente, institucional y constitutiva (batzarre, auzolan, territorios hist贸ricos)- los mismos par谩metros que la espa帽ola.